Trincheras en la confluencia del Matarraña y el Ebro
El embalse de Riba-roja y las trincheras de la guerra civil son los dos activos más destacables de esta ruta que transcurre por colinas panorámicas sobre la confluencia de los rios Matarraña y Ebro, entre las localidades de la Pobla de Massaluca, Riba-roja d’Ebre i Faió, un pueblo inundado por el pantano y del que destaca el campanario medio sumergido.
Datos de la ruta
Como llegar: desde Riba-roja cogeremos la carretera de Santa Magdalena de Berrús, en dirección a la Pobla de Massaluca. Al final de la cuesta encontraremos un camino a la izquierda con un tótem de COMEBE. Unos metros antes, hay un aparcamiento, cerca de una curva.
Duración de la salida: 3 horas
Distancia total: 8,5 km
Ascenso acumulado: 226 m
Tipo de ruta: Lineal
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Itinerario
Salimos del aparcamiento y nos dirigimos por el asfalto al inicio del camino que hemos visto antes. Cogemos este camino y entre almendros y bosques, hasta un cruce, donde a la izquierda encontraremos un nuevo cruce. Seguimos recto hasta un aparcamiento (donde también hay sitio para dejar bicicletas), allí se acaba el camino y empiezan los senderos. Desde este sitio lo primero que nos sorprende son las increibles vistas de la desembocadura del Matarraña en el Ebro, con la vía del tren enganchada al agua, el campanario inundado del antiguo pueblo de Faió, los restos del castillo del pueblo delante nuestro, el campanario de la ermita del Pilar y el paso tranquilo del agua hacia Riba-roja.
Después, si giramos la espalda hacia levante, descubriremos las primeras construcciones de hormigón. Son puntos de paso o de evacuación entre la retaguardia del punto fortificado y la trinchera o línea defensiva. En este segundo aparcamiento iniciaremos una ruta bicéfala, dos opciones bonitas, panorámicas y llenas de restos de la trifulca.
Primero escogeremos el frente del Matarraña (izquierda), por el que llegaremos hasta una bandera plantada en una balconada hacia los Costers de Seròs, que caen a plomo dentro del agua, donde veremos un embarcadero en el lado aragonés. El sendero continua hasta una casa en ruinas, donde deberemos hacer un esfuerzo para remontar la colina de la Punta del Duc, con otra bandera y diversos indicadores. Un poco más abajo encontramos una bifurcación. Seguimos por la izquiera bajando hasta un mirador.
Volveremos a l bifurcación de antes, giraremos a la izquierda y daremos una vuelta entre trincheras, hasta volver a la Punta del Duc, el segundo aparcamiento y el cruce, ya conocidos. Entonces volveremos hasta la primer cruce mencionado en el texto. En este punto giramos a la izquierda y nos adentraremos en la línea de trincheras, bajando entre las fortificaciones hasta un campo. Volveremos, siempre levantando la vista para ver la anchura del río. No hace falta decir que el embalse es posterior a la guerra, y por tanto, los soldados no podían observar el mismo paisaje que nosotros. En cambio, ellos debían ver el río como siempre ha estado, un valle recortado por colinas y recubierto de vegetación de ribera. Una vez en el cruce, giramos a mano izquierda y volvemos al inicio del camino, donde tenemos el coche.